Bruselas ha dado un paso inédito en la regulación de mercados y competencia.
Fuerza a Apple a abrir su ecosistema digital para que los fabricantes de otros dispositivos, como televisores, auriculares o relojes, puedan conectarse a sus iOS.
Es la primera vez que se toma una decisión de este calado, por parte de la Comisión Europea e, incluso, de otras autoridades de competencia.
Y supone, en cierto modo, un golpe incluso mayor que una multa para la gran empresa tecnológica estadounidense, ya que aunque no se enfrente a una sanción monetaria, ve cómo prácticamente se cuestiona su modelo de negocio.
Hace unos días el Ejecutivo de la UE ha acusado a Alphabet de incumplir el reglamento de los mercados digitales (DMA, por sus siglas en inglés) al privilegiar sus propios servicios de búsqueda de venta de reservas hoteleras, compras o billetes de avión en el buscador Google..